La avalan sin especificar qué es lo que constituye un ‘riesgo a la seguridad interior’; hace posible la intervención de militares en conflictos sociales, así como su presencia en entidades sin límite de tiempo establecido
El Congreso de la Unión aprobó ayer por mayoría la Ley de Seguridad Interior, como una forma de regular el papel de las Fuerzas Armadas en las tareas de seguridad pública, en medio de enérgicas críticas de organismos internacionales como la ONU.
“Es lamentable que haya sido aprobada (…) no creemos que sea un paso positivo”, señaló la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, a través su portavoz Elisabeth Throssell.
Contra reloj, en el cierre del último periodo de sesiones del año, la Cámara de Diputados avaló con 262 votos a favor, 25 en contra y cero abstenciones el dictamen que expide la normatividad con las modificaciones enviadas por el Senado, turnando el documento al Ejecutivo para su promulgación y entrada en vigor.
Previamente, la ONU ya había criticado el proyecto de ley por sus “conceptos ambiguos y laxos, que favorecen una aplicación extensiva, discrecional y arbitraria”.
Numerosos sectores de la sociedad se oponen a la recién aprobada Ley de Seguridad Interior. Foto: Animal Político
Entre los principales vacíos, Naciones Unidas, Human Rights Watch y colectivos del país señalaron la falta de criterios sobre qué constituye un “riesgo a la seguridad interior”, pues se deja al arbitrio del Estado mexicano el uso de las fuerzas federales para combatir a la delincuencia o intervenir en protestas o conflictos sociales, un tema que no fue solventado en el dictamen aprobado ayer.
De igual forma, no se fijó un límite de tiempo para la presencia de las Fuerzas Armadas en los estados, pues si bien se estableció que podrán solicitar su colaboración mediante una Declaratoria de Protección por un máximo de un año, se dejó abierta la posibilidad de prorrogarse.