La detención el domingo en Italia del ex Gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, ha planteado preguntas sobre si va a ser extraditado a los Estados Unidos, donde está acusado de lavado de dinero, o en México, donde vivió durante varios años como fugitivo. Alonzo Peña, ex director adjunto de Inmigración y Aduanas de EU, dijo en una entrevista con San Antonio Express News que los políticos en México están temblando por la información que el ex priista pueda contar. “¿Va a cooperar? ¿Va a contar todo y poner en peligro a otras personas?”, dijo.
Analistas consultados por la agencia de noticias AP coinciden con este planteamiento. Para los expertos, la captura de Yarrington es un ejemplo de la falta de voluntad de las autoridades a la hora de detener a uno de los suyos, un ex mandatario que puede contar con información delicada que podría involucrar a otros políticos corruptos. “El Gobierno de Peña Nieto ha protegido a muchos gobernadores priístas”.
Oficios de asignación de escoltas ministeriales confirmaron que durante el mandato de Egidio Torre Cantú se brindó protección a Tomás Yarrington y Eugenio Hernández con el despliegue de agentes, que formaban una fuerza conjunta de 12 elementos –ocho para Yarrington y cuatro para Hernández– significaron una erogación de 30 millones de pesos durante seis años por concepto de sueldos y viáticos.
Por Mark Stevenson y María Verza, AP
El febrero de 2012, el actual Presidente Enrique Peña Nieto, entonces candidato del PRI a la Presidencia, salió en defensa de Tomás Yarrington. La DEA acababa de soltar la bomba pero Peña lo consideraba una filtración. “Me parece que esta es una filtración, una especulación que se viene haciendo. Lo único que ha pedido el PRI es que no se pretenda aplicar la ley violando la ley. El PRI está a favor de la ley y de la justicia. Pero también es cierto que este tipo de declaraciones vienen a ocurrir cuando estamos en plena campaña del proceso electoral. Me parece que esta es una filtración, una especulación que se viene haciendo”.
El ex Gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington, prófugo de la justicia en Estados Unidos y México desde por lo menos un lustro y acusado de lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado, fue detenido en Florencia, Italia, 12 años después de que dejara su cargo como mandatario estatal.
La captura, anunciada por la Procuraduría General de México el domingo por la noche, es a juicio de los analistas un ejemplo de la falta de voluntad de las autoridades a la hora de detener a uno de los suyos, un exmandatario que puede contar con información delicada que podría involucrar a otros políticos corruptos.
Yarrington fue Gobernador de Tamaulipas de 1999 a 2005 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el mismo del Presidente Enrique Peña Nieto, y supuestamente aceptó sobornos tanto del cártel del Golfo como de los Zetas, los dos grupos del crimen organizado más poderosos en esa región, cuya lucha encarnizada ha dejado miles de muertos, desaparecidos, a la sociedad totalmente atemorizada, los medios de comunicación silenciados y la frontera noreste del país plagada de fosas clandestinas.
Según explicó el subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la fiscalía federal, Alberto Elías Beltrán, el arresto se produjo por las autoridades italianas gracias a la información de inteligencia proporcionada por México y Estados Unidos. Los dos países aspiran a conseguir la extradición del exmandatario, dijo Beltrán, pero será Italia el que decida a qué autoridades lo entregará una vez se formalicen las peticiones.
La unidad especializada en narcotráfico y delincuencia organizada de la fiscalía federal inició una investigación en su contra el 13 de julio de 2012. Más de cuatro años después, en noviembre de 2016, el gobierno ofreció una recompensa de 15 millones de pesos (unos 730 mil dólares) por información que llevara a su captura porque pese al “amplio despliegue” para intentar capturarlo no se había podido conocer su paradero, decía el Boletín Oficial de la Federación al hacer pública la recompensa.
Sin embargo, aunque las autoridades federales no daban con él, Yarrington contó hasta el otoño de 2016 con escoltas asignados por la fiscalía de Tamaulipas, según dijo el lunes Francisco García Cabeza de Vaca, actual Gobernador del estado y primer mandatario de esta región que surgen del partido opositor PAN (o Partido de Acción Nacional), en entrevista con la periodista Carmen Aristegui.